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AVALANCHA DE ERE's POR TEMOR A UN GOBIERNO DE IZQUIERDAS QUE SUPRIMA LA REFORMA LABORAL


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AVALANCHA DE ERE’s POR TEMOR A UN GOBIERNO DE IZQUIERDAS QUE SUPRIMA LA REFORMA LABORAL

José María Triper - eleconomista.es

Las empresas españolas empiezan a perfilar sus estrategias ante la formación de un Gobierno que incluya en su programa la derogación de las reformas estructurales emprendidas y dar marcha atrás a la actual política económica. En este sentido, una de las primeras actuaciones iniciadas es plantear importantes reducciones de plantillas que, solo por los recortes anunciados en los tres primeros meses de este año en las grandes empresas, afectan ya a más de 14.000 trabajadores.

De hecho, la Confederación Empresarial de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal), resalta en su último informe de coyuntura económica y laboral que:

"la reversión de la Reforma Laboral y la aprobación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores que proponen algunos partidos políticos, están ya provocando, sobre todo en las grandes empresas, un aumento de los ERE por temor a un endurecimiento de la normativa".

Exponen los analistas de Confemetal que a la crisis económica que afecta a los principales mercados financieros, originada por la desaceleración de China, la caída del precio del petróleo y la desconfianza que planea sobre los países emergentes y sus divisas, "hay que sumar la inseguridad política que trajeron los resultados electorales del pasado 20 de diciembre.

Esta incertidumbre política, añaden, "amenaza con frenar el impulso de las reformas estructurales, y afectar a la Reforma Laboral de 2012 cuyos buenos resultados en términos de creación de empleo y aumento de la actividad han sido evidentes".

Más de 14.000 trabajadores afectados

Aunque los datos oficiales del Ministerio de Empleo y Seguridad Social sobre Expedientes de Regulación de Empleo sólo recogen los del mes de enero, la suma de los comunicados durante el primer mes del año más los anunciados públicamente por las grandes empresas afectan ya a más de 14.000 trabajadores, incluyendo en ellos los procesos de bajas voluntarias en Telefónica y El Corte Inglés, que han optado por este sistema de recorte de plantillas por el temor a que los jueces pudieran revocarlos como ocurrió con Coca-Cola.

A esta cifra, que supera ya la mitad de los 17.604 trabajadores afectados por ERE en el primer trimestre de 2015, hay que añadir los comunicados y que no han salido a la luz pública de grandes empresas y los de las pymes. Una destrucción de empleo que los sindicatos temen desborde las previsiones y que algunos interlocutores sociales estiman que superará los 30.000 puestos de trabajo perdidos sólo en los tres primeros meses de 2016.

Así, responsables de CCOO y UGT admiten que el repunte de los despidos colectivos derivado del nuevo escenario político "se está dejando notar sobre todo en la pequeña y mediana empresa", al tiempo que alertan sobre "el goteo de despidos individuales" que se está constatando desde primeros de año y que supone "la destrucción de muchos puestos de trabajo".

REGULACIÓN DE EMPLEO EN ESPAÑA EN ENERO ->

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Estrategia de deslocalización

En el caso de las grandes y medianas empresas el grueso de los ERE y recortes de plantilla afectan fundamentalmente al sector industrial donde el exsecretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, reitera que:

"están repuntando los ERE por la estrategia de deslocalización que siguen muchas empresas, por la reducción de costes y porque quieren aprovechar el favorable marco laboral antes de que pueda ser alterado".

Entre estos expedientes industriales ya anunciados destacan los de Orange, que tras un acuerdo con los sindicatos afecta a 496 trabajadores, frente a los 550 inicialmente programados por la empresa.

Importantes son también los de las constructoras FCC y Sacyr que plantean la baja de 750 y 400 trabajadores, respectivamente.

El relativo al cierre de la planta de Altadis en Logroño que supone la destrucción de 471 empleos.

El voluntario de PSA en Vigo para 400 trabajadores.

El de Delphi en Cataluña que afecta a 540 puestos de trabajo.

Los 170 empleos que se perderán en Badajoz por el cierre de la mina de Río Narcea Recursos, SA.

Y los 80 del expediente presentado por Bacardí.

Importante, también por su repercusión mediática ha sido el de la empresa pública de tecnología y servicios agrarios Tragsa, con una sentencia favorable de los tribunales, que se quedado finalmente en poco más de medio centenar de despidos, una tercera parte de los inicialmente solicitados, y respecto al que la Comisión de Empleo del Congreso aprobó ayer una proposición no de ley por la que se insta al Gobierno a dar marcha atrás al expediente de regulación de empleo y pide que se apruebe un nuevo plan empresarial.

A todos ellos hay que sumar los citados ajustes mediante bajas voluntarias planteadas por Telefónica y El Corte Inglés. En el caso de la multinacional de telecomunicaciones el plan de bajas implica hasta 7.000 trabajadores mayores de 53 años. Mientras, en la firma líder de grandes almacenes se plantea la reducción de 1.400 empleados con edad superior a los 58 años.

Otro caso que los sindicatos denuncian como ERE encubierto es el del fabricante español de móviles BQ, que ha empezado a externalizar su servicio técnico, lo que se ha traducido en unas 80 bajas.

En este entorno de destrucción de empleo, Confemetal denuncia también que:

"mientras las decisiones de inversión y consumo de bienes duraderos se toman una pausa y el Indicador de Confianza Empresarial Armonizado publicado por el INE comienza a retroceder, condicionado por un empeoramiento de las opiniones empresariales acerca de sus expectativas de negocio la política maneja los tiempos carente de la diligencia demandable en cualquier ámbito, salvo en la propia actividad política que, poco exigida, pierde un tiempo del que el país no dispone".

En opinión de los analistas de Confemetal:

"la consolidación del crecimiento, la reducción del desempleo, la creación de las bases económicas que permitan asegurar y reforzar nuestro estado del bienestar, la resolución de las tensiones territoriales, la lucha contra la corrupción y algunas otras preocupaciones reales de la sociedad, parecen ser coartadas y no objetivos declarados en la pobre discusión política a la que asistimos".